miércoles, 29 de enero de 2014

27/1/2014



La clase comenzaba con una breve introducción sobre la trayectoria del pentagrama, desde su invención hasta actualmente.

En un principio, el flamenco, la música indú, la china y la africana no se pueden escribir, pues no todo el mundo puede escribir música. En este sentido, la única cultura que hace música es la occidental.

De ahí sus comienzos en los textos en latín donde a partir de las neumas, signos elementales que se colocaban sobre cada sílaba del texto y servían de guía para recordar la melodía que debía ser cantada perteneciente a un repertorio conocido de antemano, dando lugar a la regla mnemotécnica, una regla con frases cortas para recordar la nota, pues se sabía cómo empezaba la nota por cómo comenzaba la sílaba.

Ya en el siglo IX, el monje benedictino Guido D’Arezzo, inventó el uso de las líneas para señalar con cierta exactitud la altura de los sonidos musicales, dando lugar a la creación del tetragrama o pauta de cuatro líneas. Además, se le debe también el nombre de las diferentes notas musicales. Guido partió de las primeras sílabas de un verso en latín, dando a la primera sílaba de cada verso un sonido diferente, que coincidía con los sonidos de la escala. Hasta entonces, en la Edad Media, las notas se denominaban por medio de las primeras letras del alfabeto: A, B, C, D, E, F, G (comenzando por la actual nota la). Este tipo de escritura se sigue utilizando en algunos países. A continuación se muestra el verso que utilizó Guido:

Ut queant laxis
Resonare fibris
Mira gestorum
Famuli tuorum
Solve polluti
Labii reatum
Sancte Ioannes.
 
El cambio del tetragrama al pentagrama se produce en el renacimiento escribiéndose las notas sucesivamente por las líneas y espacios.

Toda esta introducción se realizó de una manera teórica porque es importante conocer a qué se debe el lenguaje musical para así tener unos conocimientos básicos y porque, además, antes de comenzar con cualquier técnica musical es imprescindible conocer estas cuestiones para saber porqué se lee y se escribe así en música. Todo ello, el profesor esperaba a que hubiera silencio para que así no hubiera luego preguntas, todas fuéramos al mismo ritmo y si surgían cuestiones, que éstas no fueran de cosas anteriores.

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